miércoles, 22 de junio de 2011

Capítulo 358. "#cartowembley día 3: Duranggedon"



Sonando: WE ARE THE CHAMPIONS (Queen)


En el año 1978 se estrenó "Superman", que resultó ser un peliculón, poco después hicieron "Superman II" que fue un peliculón aun mayor. Un par de años después un guionista escribiria "Superman III", el productor vió que el guión era una mierda y pensó "meteremos a Richard Pryor y el engendro funcionará".
Algo así me pasa con la tercera parte de #cartowembley, la primera fue buena, la segunda espectacular, pero el guión de la tercera es una puta mierda, por suerte tengo el teléfono de Richard Pryor..., lo llamo, no lo coge..., está muerto... . Pues nada, nos apañaremos como podamos, a ver como funciona el artefacto... ¡acción!.

Ocho de la mañana, resaca, dolor de cabeza, cansancio, malestar general... ¡no tenía nada de eso!, me desperté en mi suite "Private" fresco cual rosa silvestre y con ganas de zampar algo. Esta vez no tuve que aguantar a ninguna camarera borde como en mi anterior estancia londinense, basicamente porque el desayuno estaba en la habitación. Una jarra que se enchufaba y calentaba el agua, leche, cereales y Nescafé. Me gustó especialmente lo del Nescafé, ya que al estar en Inglaterra iba a tener que tomar un café de mierda por lo menos seria un café de mierda a mi gusto. Antes de desayunar me metí en el baño a ducharme, no fuera que se diera el caso de que todos los clientes que tenian acceso a los baños compartidos se pusieran de acuerdo y tuviera que hacer cola..., no fue así, de hecho me duché con la calma y cuando salí no había ni un alma (acabo de hacer una rima que ni Nacho Cano). El desayuno consistió en un café con leché y cereales (¿a que nadie se lo esperaba?).

Acabé de desayunar y bajé en busca de mis compañeros que ya estaban casi preparados. Teníamos que darnos prisa, había que llegar al Eurotunel con tiempo si no queriamos quedar atrapados en las islas británicas. Salimos y, una vez más, tuvimos que esperar a Oriol ante la desesperación de Lorena. Volvia a tocarme conducir, y viviria la experiencia de conducir por Inglaterra. He de decir que no provoqué ninguna catastrofe destacable, vamos sólo los accidentes normales que provoco diariamente en Barcelona. No me costó demasiado adaptarme, sólo había que hacer lo mismo que el resto de coches por ciudad, por autopista era todavia más sencillo, sólo tenias que imaginarte que ibas por la Ronda de Dalt de Barcelona donde hace tiempo que se abolieron las leyes para adelantar e ir por el carril que quisieras y adelantar por donde te saliera de los cojones. Lo único que si que puteaba bastante eran los radares, del orden de 2 o 3 cada 100 metros, vamos que si llega a conducir uno de las JNC se hubiera podido pagar el deficit griego con sus multas (toma doble apunte de actualidad).

Esta vez decidimos descansar un poco de la música y conectamos el ipod de Oriol donde tenia grabado el prepartido, partido y postpartido (aunque no en ese orden) de Rac1. Aquí es donde de verdad nos dimos cuenta de lo infundado que había sido nuestro sufrimiento del día anterior..., ¡el Manchester no existió!.

Gracias a mi estilo de conducción agresivo y varonil (me llaman el Steve McQueen de Santako) llegamos sobrados de tiempo al Eurotunel, tanto que nos dieron plaza para el tren que salia antes que el nuestro. Cambiamos las pocas libras que nos quedaban a Euros y nos pusimos a la cola. No resistimos la tentación de empezar a liarla y tal como paramos empezó a sonar el himno del Barça a toda pastilla para desesperación de una familia de guiris rancios que teniamos al lado que nos abroncaban y pedian que bajáramos el volumen. Aquí si que vimos más barcelonistas y rapidamente se formó una pequeña tertulia siempre con "El cant del Barça" y el "We are the champions" de fondo, hubo un momento que paramos la música, pero en cuanto los guiris rancios bajaron las ventanillas la volvimos a poner a todo volumen (y claro, las ventanillas volvieron a subir).

Si a la ida el tren iba con puntualidad británica, a la vuelta iba con puntualidad española, vamos que al final casi casi acabamos saliendo a la misma hora que teniamos previsto inicialmente. Durante el viaje en tren nada destacable, aparte de la expulsión de fluidos a dispersión de algunos de los participantes en el viaje... . A destacar que esta vez los aduaneros sudaron bastante de nuestra cara, vamos que para entrar a United Kingdom sufrimiento y para salir casi nos echan a patadas (seguramente lo mereciamos).

Miquel se puso al volante y empezamos a tirar millas por carreteras francesas. Llegaba la hora de comer y buscábamos un sitio de precio bajo y calidad alta, ¡y lo encontramos!, un sitio de precio alto y calidad baja... . Allí un doble alemán de Alfonskunk nos felicitó por la Champions..., ¡haciendo amigos!. Después de comer continuamos avanzando por Francia, cruzamos Paris por un sitio diferente a la ida y pillamos un atasco ("atasque" lo llaman allí), ¡gracias google maps!.

Me tocó ponerme de nuevo al volante. En todas las gasolineras donde parábamos nos abordaba la típica limpiadora de parabrisas rumana que empezaba a limpiar sin pedir permiso mientras nosotros le deciamos que no desde dentro del coche con grandes gritos y aspavientos..., cuando el cristal se aclaraba veiamos que la limpiadora rumana era siempre Lorena, eso si, ella nos pedia el euro igual. En una de esas paradas es donde descubrimos el "Duranggedon" o campeonato de matar bichos. El "Duranmovil" había dejado de ser blanco (¡¡¡¡nooooooo!!!!), por lo menos no blanco del todo, ya que toda la parte delantera era completamente negra. Como pudo Lorena fue retirando los cadáveres de toda clase de animalejos, mientras Oriol desaparecia en una arboleda, según él para fumar, aunque curiosamente había por allí junto a la carretera una "femme de la vie". El coche volvia a ser razonablemente blanco, no se podría decir lo mismo del siguiente coche que intentara lavar el cristal, ya que el agua que habíamos dejado era una especie de masa negruzca. Miquel cogió el coche y también intentó el "Duranggedon", he de reconocer que dejó la parte delantera del coche bastante negra también, aunque no tanto como yo... .

El cielo empezaba a oscurecer y el cansancio hacía mella..., en un momento de hastío, Lorena dijo una de las frases de la jornada cuando se giró y le preguntó a Oriol: "Uri, se que no vas a llevar, pero ¿tienes un lápiz de cacao?"..., esta simple frase provocó que los miembros del #cartowembley empezaran a preguntar a Oriol cosas del tipo "Uri, se que no vas a llevar, pero ¿no tendrás por ahí un unicornio?" o "Uri, se que no vas a llevar, pero ¿no tendrás por ahí el Santo Grial?".

A eso de la 1 de la madrugada, llegamos a la frontera (y la sobrepasamos, claro), el objetivo era cenar algo en "La Jonquera". Aparcamos y entramos en el recinto, que parecía completamente vacio. Llegamos a la zona del autoservicio donde no había nadie, de la nada salió una camarera simpatiquísima (oh si cuanto), que nos dijo que unos manguarrianes de un autocar anterior habian arrasado con los bocatas y que tendriamos que esperar un rato largo porque no tenian pan. Ante esta perspectiva mis compañeros decidieron salir, yo me pedi un café con leche, eso si, le pedí a la señora que me lo pudiera caliente caliente como si lo hubieran preparado en las mismísimas entrañas del infierno... ¿ o no lo pedí así ?..., no se, el caso es que cuando me lo acabé mi lengua había perdido toda la sensibilidad. Cuando salí encontré al grupo por los pasillos, no es que estuvieran paseando, es que aquello era una especie de laberinto del Minotauro (el Minotauro podía ser perfectamente la camarera) donde se podía entrar pero jamás salir.

Con mucha paciencia encontramos la salida y Lorena activo el plan B para la cena consistente en unos siempre socorridos sandwidches de longaniza. Puso unas servilletas sobre el capó del coche, las rebanadas de pan bimbo, esparció un poco de aceite por todo el coche (un poco cayó sobre el pan) y colocó la fantástica longaniza del mercadona. Lorena, Miquel y Oriol comieron los sandwidches, yo, preferí comerme unos cuantos insectos que, con el capó caliente y el chorro de aceite habian quedado fritos al punto.

La última etapa del viaje la haría yo al volante, le pedí a Oriol que activara su maravillosa aplicación de radar para el movil y empecé a pisarle, a los 10 minutos la bateria de Oriol murió y tuve que volver a ser respetuoso con los límites, sólo me animaba a pisarle un poco cuando se producia el conocido "efecto liebre", o sea que te pase un coche a toda velocidad y seguirle a la misma velocidad y si ves que le tiran un flash frenas.

Cuando estábamos llegando empezó el debate de donde íbamos a dormir. Como Lorena tenia que trabajar al día siguiente nos imploró que no nos desviáramos y fueramos todos a dormir a Siberia-Cervelló. Cuando entramos en el termino municipal se volvió a activar el "Duranggedon". Alguien, y no voy a dar nombres, siguiendo fielmente las directivas del partido, ordenó que me saltará todos los semáforos y me llevara por delante todo lo que se interpusiera en mi camino, yo no lo hice, respeté los semáforos (risas) y no pasé de 50 (risas histéricas). Exhaustos, somnolientos y profundamente satisfechos nos fuimos a dormir. Al día siguiente algunos madrugarian para trabajar y otros para coger el #cartosantako.

Fundido a negro, "The End", música, créditos, agradecimientos y letrero de "See you in #wagenaufmunchen".

Puro_Trap. No te rias que es Pryor.

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