jueves, 27 de julio de 2023

Capítulo 586. "Londres Dia 1: Hola Egipto".


Sonando: WALK LIKE AN EGIPTIAN (The Bangles)


La  Elizabeth Line es una linea de metro de Londres que va desde el Aeropuerto de Heathrow al centro, se inaguró en el 2022 y se llama así ya que fue la Reina Isabel la que la construyó con sus propias manos sin ayuda de ninguna máquina. Esa es la linea que cogimos desde el aeropuerto, al ser una linea completamente nueva es de las pocas que están adaptadas. Axel fue durmiendo todo el trayecto, no fue hasta Bond Street, al salir a la calle que abrió los ojos levemente. 

En el capítulo anterior comentaba que Axel flipaba viendo los autobuses de linea normales, pues imaginad lo que fue para el ver un autobus londinense de dos pisos. Fue como si a un Cromagnon le enseñaras un I-Phone, cada vez que pasaba uno lo señalaba soltando un sono "ooooooh". Durante los 4 dias que estuvimos vimos decenas de buses, se podría pensar que Axel lo hiría normalizando y el alucine inicial disminuiria, pues no, hasta el último dia, cada bus que veia producia la misma reacción. 

El camino al hotel se hizo un poco largo, como la ciudad no está preparada para gente que porta carros con bebés (lo que aquí se conoce como padres/madres), nos bajamos 2 paradas antes de la estación que quedaba cerca que era la de Holborn. El camino no era muy largo, pero claro, cuando portas una mochila a la espalda y 2 maletas en la mano igual la cosa se hace un poco más pesada. 

Llegamos al hotel, todavía no podíamos ir a la habitación pero si que hicimos el Check-in y dejamos las maletas después de redistribuir todos los trastos que llevábamos encima con el objetivo de llevar los minimos trastos posibles encima. El primer objetivo era ir a la parada de Oxford Circus a coger un autobus, ¿por qué?, pues porque el Bus pasaba por varios sitios emblemáticos, vamos como un Bus Turístico pero sin la parte de estafar al turista. 

Llegamos a la estación de Halford, que no es de las más problemáticas, de hecho la estación está a pie de calle y la bajada inicial es en escalera mecánica, luego para acceder al andén si que hay unas escaleras pero es un tramo bastante corto por lo que llevando uno el niño y el otro el carro lo apañamos bastante bien. Durante todo el viaje hubo tramos de escaleras que los hicimos dividiendo niño y carro y otros con el niño dentro y bajando el carro entre los dos. ¿Cual es el mejor sistema?: ir sin niño, y sin carro. 

¿Donde está el volante?
La parada de Oxford Circus era bastante menos amigable que Halford y tuvimos que cargar el carro por diversos tramos de escaleras. Por suerte el autobus no tardó demasiado y pudimos subir sin problema, algo que no es tan fácil si vas con carrito (ALERTA SPOILER). Dentro del Bus la idea era subir el piso de arriba y disfrutar de las vistas, una teoria fantástica sino fuera porque las escaleras que suben son de, apróximadamente, 2 palmos de ancho por lo que es bastante inviable subir un carro. Subieron Maite y Axel, yo me quedé abajo el tiempo suficiente para recordar que el carro se plegaba, lo hice y, no sin cierta dificultad, subí con ellos. 

Teniamos la parte de arriba para nosotros solos, Axel estaba sentado pegado al cristal, flipando, como no, con estar subido a un vehículo y ver todo lo que estaba contemplando. Pasamos por algunos de los sitios más conocidos de Londres, Trafalgar Square, Piccadilly Circus, Westminster, el Tiger Tiger (y quien no sepa que es el Tiger Tiger es que no ha leido el capítulo 357)... . Cuando pasamos el Big Ben, llegó el momento de bajar, que con un carro plegado, un niño, y el bus en movimiento no fue tarea sencilla. 

Bajamos pasado el Thames, junto al London Eye, y hacía allí nos dirigimos. Evidentemente al pasar por el rio Axel comenzón a exclamar "aba! aba!", que en idioma Axel significa "agua", y dicho varias veces puede querer decir "dejad que me tire de cabeza al agua", por lo que sea no nos pareció buena idea. Pasamos junto al Aqurium, London Eye, una tienda de ositos de peluche personalizados (¡!), y una especie de atracción de Shreck. 

Marineros de agua dulce
Durante el día habíamos ido en coche, avión, tren y autobús, ¿que faltaba?, pues si, navegar, y ese era nuestro siguiente objetivo, subir en un barquito. Al igual que con el bus, no íbamos a montarnos en un barco turístico sino en el de linea, que salía del muelle que estaba junto al London Eye. Nos costó un poco encontrar el sitio de donde salía el barco, basicamente porque solo estaban señalizados los barcos turísticos, Maite se acercó a preguntar en una taquilla de uno de estos barcos y nos chivaron donde subir. 

No tardó mucho en aparecer el barquito pero, a diferencia del bus anterior, este estaba considerablemente lleno, tanto que nos tuvimos que sentar por separado aunque al poco rato pudimos juntarnos. A estas alturas Axel ya tenia pocas ganas de transportes y muchas de juerga por lo que aquí si que nos costó un poco mas que se estuviera quieto. 

Protegiendo al soldado
No teniamos muy claro donde bajar, un poco a ojo, cuando vislumbramos el Tower Bridge decidimos que era hora de bajar aunque luego descubrimos que igual podriamos haber seguido una mas. Fuimos en dirección al Tower Bridge, Axel iba andando y a estas horas ya estaba a tope. La ciudad estaba llena de una especie de muñecos gigantes narizones, encontramos uno customizado de soldado británico y allí estuvo Axel saludándole e intentando subirse. Ya llegando al puente nos hicimos algunas fotos, o por lo menos lo intentamos, ya que Axel queria saltar al agua, a Maite no le parecía bien que saltará porque "el rio estaba muy guarro", con los 10 metros de altura que había no tenia problema. 

Venia la hora de comer, tanto para Axel como para nosotros. Nuestra idea era comer en el Borough Market sin darnos cuenta que el Borough Market estaba en la zona donde habíamos bajado del barco, y ya habíamos recorrido un trecho considerable. Desestimamos volver, ya que el sol pegaba fuerte, y nos metimos en una pizzeria que había justo allí y tenia buena pinta.

Nos metimos dentro y nos pusieron en una mesa que estaba justo debajo de una cristalera donde, con el paso del rato, iba a apretar el calor considerablemente. La sorpresa positiva del sitio es que tenian sillita para bebé, la negativa fue cuando intentamos que calentaran su comida. En un principio la chica a la que se lo dije no lo entendía (a pesar de mi inglés académico), por suerte llegó un compañero suyo mucho mas espabilado y que, además, me habló en español, a lo que descubrimos que los 2 cocineros que había tras la barra también hablaban español..., más tarde resultó que la chica a la que pregunté también lo hablaba (todos los camareros eran latinos en el lugar excepto un señor que estaba en una de las barras). El resultado de la conversación con el camarero, y por lo que intervinieron todos al final, es que resulta que no tenian microhondas para calentar el tarro, nos ofrecieron la socorrida solución de meterlo en agua hirviendo unos minutos para ir-viendo si se calentaba. Al final se medio calentó un poco y con muchos sufrimientos conseguimos que Axel se comiera bastante ya que a estas alturas estaba poco colaborativo. No es que no tuviera hambre, es que el sueño empezaba a apretar y, por lo menos en el caso de Axel, el Sueño es el jefe, por encima del hambre. Cuando ya estábamos por irnos, uno de los camareros nos ofreció cambiar de sitio porque allí empezaba a dar el sol bastante, pero vamos, igual un poco tarde, ¿no?.

Para la vuelta teníamos varias opciones, o un metro en el que teniamos que hacer transbordo o un bus que iba directo aunque dando una vuelta absurda. Al final escogimos la opción de la vuelta absurda. Axel empezaba a convertirse en gremlin poco a poco, urgia llegar al hotel y ponerlo a dormir. 

Llegamos al Bus a tiempo, subimos y colocamos a Axel en la zona de carritos, había otro carrito pero nos pudimos acomodar mas o menos bien a pesar de que el sitio era diminuto. De hecho los carritos no son prioritarios sino la silla de ruedas, si hubiera entrado algún señor/señora en silla de ruedas habriamos tenido que sacar los dos carritos. En un principio íbamos un poco apretados, pero cuando la chica del otro carrito se bajó la cosa mejoró bastante, nos pudimos sentar e íbamos comodos, además Axel se había rendido al sueño y ya estaba roncando. De repente en una de las paradas el Bus se para más de la cuenta, vemos que el conductor se baja y al poco tiempo nos dice que nos tenemos que bajar y subir al bus de atrás, este iba considerablemente mas lleno y también tenia un carrito dentro por lo que volvimos a estar un poco apretados. 

Al fin llegamos y fuimos al hotel a ver nuestra habitación por fin, solo para comprobar que la cuna de Axel no estaba lista. Maite bajó a reclamarla y nos dijeron que nos la prepararian, mientras pudimos descansar un rato aunque Axel no tardó en revivir y nosotros con él. Decidió además que era buen momento para cagarse en la Gran Bretaña. A pesar de que Axel es un niño muy guapo y muy simpático, no querriais tener uno de sus pañales rondando por vuestras habitaciones con lo que me tocó la dura tarea de salir a la calle a librarme de las pruebas del delito. Descubrí que otra cosa de la que anda falta Londres es de papeleras y/o contenedores (bueno, esto es algo que ya vi en mi primer viaje con los Xixis aunque no recordaba). Al final tuvo que ser en el parque de Russell Square donde encontré una papelera. De vuelta de mi expedición visité brevemente los jardines del hotel, que estaban muy bien, pero tenian un pequeño problema, tenian fuentes y zonas con agua a las que Axel querría saltar si bajábamos. Al subir a la habitación le dimos de merendar y estuvimos un rato remoloneando como pudimos antes de volver a salir.

Bajamos a merendar nosotros también, enfrente del hotel teniamos un Caffe Nero y un Costa Cafe, algo sencillo ya que es complicado andar 10 metros por la ciudad sin ver uno de esos. Optamos por el Caffe Nero porque tenian una tarta de pistacho que parecía muy apetecible y que, evidentemente, cuando pedimos ya se había agotado. No recuerdo que me pedí pero yo estaba convencido de haberlo pedido en vaso pequeño, lo que recibí fue un megavaso humeante. El café además de excesivo, como siempre en Londres, quemaba como las calderas del infierno, por lo menos cuando se enfrió y lo probé, he de reconocer que estaba asqueroso. 

Después de esta merienda en la que sufrimos para mantener a Axel quieto nos fuimos a Russell Square a que correteara y viera ardillas. Lo de corretear no fue problema, lo de las ardillas costó mas. Eso si, no tuvo problema en hacerse amigo de un vagabundo y de una pareja de abuelos que casi casi lo adoptan. Finalmente conseguimos ver una ardilla también aunque desapareció rápido. 

Ibamos paseando sin rumbo fijo, los planes del día los habíamos liquidado por la mañana y, a estas horas, y con el cansancio acumulado, no teniamos ganas de andar montando en transporte publico. Por suerte estábamos al lado del Brittish Museum al que decidimos acercarnos, no pretendíamos visitarlo (lo teniamos como visita de emergencia si no podiamos ir a algún sitio por lo que fuera), basicamente porque eran más de las 18 y a esa hora estaría cerrado. Curiosamente ese día no sabemos que pásaba, pero lo mantenian abierto hasta las 20.30 por lo que, ya que estábamos allí, decidimos entrar. Una vez mas, teniamos pase VIP por llevar carrito, lo que pasa que como no había nadie en la cola tampoco nos sirvió de nada. 

A punto de asaltar del museo

Entramos al Brittish, nada mas llegar soltamos a Axel y salió disparado una gigantesca estatua de un león al que gritaba "hola" insistentemente. Estaba como loco e incluso queria que le subiéramos al pedestal para tocarlo. Fuimos a la zona de Egipto y Axel siguió emocionadísimo saludando a todas las estatuas, una por una les iba diciendo "hola" a gritos. Intentaba tocarlas todas y se lo teniamos que impedir, realmente era un peligro dejarlo suelto, se le veia excitadísimo. Aprovechamos para reeditar una foto que se hizo Maite hace unos años esta vez con Axel como protagonista..., salió regular.
Rugidos

8 años despues...
Visitamos otras salas diversas, en todas ellas saludaba a todo tipo de figuras random y se maravillaba con los objetos mas diversos que durante siglos los británicos han ido expoliando. Maite fue a la tienda y yo volví con Axel a la zona de Egipto y avanzamos para visitar también a los griegos. 

Se acercaba la hora de cerrar y tocaba volver al hotel a cenar. Callejeamos un poco para hacer tiempo, nos encontramos un pequeño parque (Bloomsbury Square Garden) que, esta vez si, estaba bastante plagado de ardillas. Estuvimos un rato por allí persiguiéndolas y tiramos para el hotel tras coger algo para cenar.

Llegamos al hotel y, oh sorpresa, la cuna seguía sin aparecer. Maite avisó en recepción y al poco nos enviaron a un joven latino muy simpático pero un poco torpe a la hora de montar cunas. Entre los 3 no fuimos capaces, la verdad es que las instrucciones de la cuna (sí, el señor venia con las instrucciones) tampoco eran muy claras. El joven desapareció con la cuna a buscar ayuda, mientras intentábamos dar de cenar a Axel como podíamos. Bastante rato después, el joven volvió a aparecer con otra cuna que, esta vez sí, montó a gran velocidad tras confesar que había probado a montar otras 2 cunas que tenia el hotel. Al poco rato hicimos volver al joven ya que la ropa de cama que nos habían dado para la cuna no era muy adecuada por lo que le pedimos una sabana de las de cama normal que al final adaptamos como sabana bajera de la cuna. 

Con Axel correteando por la habitación conseguimos cenar a duras penas, apagamos las luces, bajamos la voz y lo pusimos a dormir. El cansancio de todo el día pesaba y cayó casi fulminantemente. Nosotrosaguantamos un poco mas pero no mucho, el día había comenzado a las 4 de la mañana y había sido bastante intenso, tocaba coger fuerzas para el día Blur. 

Puro_Trap. Tarde en el Museo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta o muere