Sonando: UP IN HEAVEN (The Clash)
El Lunes es el día que teníamos que ir más en hora, por eso fue el único día en Londres que pusimos el despertador para no quedarnos dormidos. Cuando el despertador sonó no hace falta decir que hacía rato que estábamos despiertos. Conseguimos dejar preparado a Axel y acabar de hacer las maletas con bastante celeridad y nos fuimos a hacer el checkout del hotel. Dejamos las maletas allí y nos fuimos hacía el Skygarden ya que teníamos hora a las 10 para visitarlo.
Como todas las mañanas fuimos a nuestra cita obligada con el Costa Caffee a coger el desayuno de los 3. Esta vez mi elección fue un expresso. Si cualquier bebida que pidas en Londres en vaso pequeño suele equivaler a una bañera, un expreso es un vaso minúsculo con el líquido equivalente a un escupitajo (y en muchos casos con el mismo sabor). El caso es que este expresso no es que estuviera bueno, pero al llevar la misma cantidad de café que uno de los vasos enormes concentrado en una porción de líquido minúscula por lo menos sabe a algo. La otra ventaja es que es tan poco que por lo menos el sufrimiento es más breve.
Quien es ese tio bajito que me sigue? |
Ojo, Axel posando |
Desafiando el peligro |
Estuvimos bastante rato por allí. hasta que decidirnos largarnos, todavía teníamos tiempo hasta la hora de salida del vuelo por lo que decidimos visitar el Leathemhall Market que estaba por allí cerca y en el que estuvimos en nuestra última visita a Londres (aquí vendría un enlace al capítulo correspondiente a esa visita, en el caso de que lo hubiera). En el Leathemhall Market pudimos dejarlo un poco mas suelto para que correteara a su gusto. Había otro de esos muñecos narigones con el que estuvo jugueteando, recorrimos las galerias poco concurridas ese día y decidimos tomar el camino de vuelta al hotel.
Poniendo cara de bueno |
Alerta!, tio loco suelto |
en el hotel paramos en una tienda de souvenirs a hacer las compras reglamentarias de cada viaje. Después ya iriamos hacía el aeropuerto donde comeríamos con la esperanza de que allí si que hubiera algún sitio donde calentarle la comida a Axel.
Recogimos las maletas y repartimos el contenido dejando en la mochila las cosas que tendriamos que tener a mano. Esta vez no haríamos la caminata hacía la parada de Bond Street como hicimos el primer día sino que iriamos a la más cercana de Holborn bajando los trastos como pudiéramos. Teníamos la opción de hacer transbordo en Bond Street y llegar al aeropuerto con la Elizabeth Line pero la linea de Holborn también iba al aeropuerto aunque tardaba mas, así que ya nos quedamos allí. No había mucha gente por lo que pudimos mas o menos comodamente sentados, aunque el trayecto la verdad se hizo un poco largo.
Fuimos directos al control de seguridad que esta vez pasamos con algo más de tensión y
menos privilegios que en la ida en la que pudimos acceder por un control aparte. Lo pasamos de igual manera sin problemas y avanzamos hacía las puertas buscando una opción de comida. Había un par de sitios y nos quedamos en uno bastante grande en el que también había que hacer pedido por aplicación o algo así. Sorprendentemente también tenian sillitas para Axel y, no tan sorprendentemente, tampoco calentaban la comida. Volvieron a decirnos lo de que si tuvieramos otro recipiente que no fuera el de cristal lo podían calentar, creo que llegamos a plantear comprar algo en una de las tiendas o incluso usar uno de los biberones pero al final decidimos darle de comer directamente sin calentar dado que el bote no había estado en nevera y estaba mas o menos templado. Mientras comíamos empezamos a ver que nuestro vuelo se retrasaba, primero unos minutos, después creo que llegó a ser más de una hora.
Comimos sin prisa dado que, aun en el caso de que el vuelo fuera en hora, íbamos con tiempo sobrado. Cuando acabamos y nos fuimos a cambiar el pañal a Axel vino un mini-drama dado que su chupete no aparecía, por suerte los señores que habían ocupado nuestro sitio en el restaurante lo habían encontrado y pudimos recuperarlo rápido.
En el trayecto a la zona de embarque vimos que el retraso del despegue se había reducido un poco, y cuando apareció la información de la puerta de embarque, sorprendemente, el vuelo volvia a ir en hora ¿?.
Intentamos la jugada de la ida, y aparentemente salió bien porque pasamos de los primeros pero en el mostrados de embarque no se que problema tenian con los billetes. Primero nos dijeron que nos cambiaban los asientos, luego aparentemente había algún problema con que aparecieran Maite y Axel en un mismo billete, pero claro, él no tenía asiento por lo que no podía tener billete para él solo. El caso es que tardaron muchísimo, además las maletas no cabian por lo que nos las facturaron. Finalmente entramos en el avión únicamente con el carro. Esta vez no tuvimos la suerte de ir solos y una teniamos a una señora extraña a nuestro lado que no parecia muy feliz de tener a una familia con niño compartiendo asientos.
Axel estuvo bastante más movido que en la ida, aun así, entre las pegatinas y entretenimientos varios se portó bastante bien, quitando el momento en que atacó a la señora extraña tirándole un vaso de plastico. Cometí el error de pedirme un café en el interior del avión ya que me quedé con las ganas de uno después de comer. Intenté el truco del expresso pero no tenian, y pedí otro que consistia en una bañera enorme con una bolsa de café dentro, un último café horrendo en consonancia con el resto, además con el peligro de tener un pequeño gremlin al lado al que tenía que mantener alejado de ese recipiente de liquido infernal. Como no podía ser de otra manera Axel también hizo amistad con gente, en concreto que la familia que estaba sentada detrás nuestro.
Ensanchando la camiseta |
Saliendo del Aeropuerto Axel ya estaba muy protestón, no quería carro, no quería andar..., al final Maite sentó a Axel en la maleta metiendo el asa por dentro de su camiseta y lo transportamos así. Al principio Axel estaba como flipando de ir en una maleta, luego lo normalizó e iba saludando a la gente al pasar. Era el único medio de transporte en el que no había viajado este fin de semana.
El coche seguía donde lo habíamos dejado, dimos un par de vueltas al parking a modo de despedida y salimos hacia el hogar. Misión cumplida, el primer viaje al extranjero con Axel había finalizado con éxito, ya solo quedaba llegar a casa, cenar y meternos en nuestra cama, no sin antes tomarme un café en condiciones.
Puro_Trap. Cielos.
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