sábado, 13 de diciembre de 2014

Capítulo 493. Amsterdam Día 3: "El Crucero Verde"



Sonando: WAKE ME UP WHEN SEPTEMBER ENDS (Green Day)


Estar en una zona rodeada de campo, bucólica, con pajaritos y animales de granja revoloteando, a priori es muy bonito, pero cuando a las 5 de la madrugada el mujido de las vacas te despierta te entran ganas de hacer una barbacoa con todos los bichos vivientes. También hoy Scott nos había dejado un regalito para el desayuno, en concreto un bizcocho que, una vez más, estaba bueno pero con exceso de pasas.
Hoy tocaba empezar el día yendo al mercado, en concreto al Cuypmarket, así que fuimos a coger el tranvia, tranvia que pasaba, como no, por una de las numerosas Plazas Dam que hay en la ciudad.

Imitación impecable
El Cuypmarket es un mercado permanente situado a lo largo de la Albert Cuypstraat. El día era soleado y, al ser Lunes, no había mucha gente, con lo que pudimos pasear y pararnos en las paradas tranquilamente. Había fruta, pescado, embutidos, flores, ropa, tiendas de cachivaches varios y también puestos para comer algo. A destacar una parada que tenia unas imitaciones de camisetas del Barça practicamente idénticas, con los colores del equipo y el escudo, que como todo el mundo sabe, es una especie de olla alargada con con una corona amarilla con los colores azul y rojo
de fondo.

Tras el paseo por el mercado tocaba la visita cultural del día, la fábrica de la Heineken. Esquivando motos, coches y bicibletas finalmente conseguimos llegar a la fábrica. Teniamos una tonelada de descuentos varios que de alguna manera conseguimos utilizar, a la entrada nos dieron una pulsera con tres chapas: dos para cerveza y una para un regalo sorpresa.
En la primera parte de la fábrica explicaban la historia de la cerveza, estaba todo en inglés pero si te bajabas la aplicación de movil (en la Heinekent había wi-fi) podias escucharlo en castellano..., al no llevar cascos fuimos durante todo el recorrido amenizando a la gente con las explicaciones en castellano que iban saliendo del movil.
Después de la parte de la historia, donde nos explicaban lo fantásticos y geniales que habían sido todos los dueños de la compañia, pasamos a la zona donde explicaban la fabricación. Allí, aparte de ver los silos y artefactos que utilizaban, pudimos tocar y hasta probar algunas de las materias primas. En la siguiente zona pasamos por los establos (poblados por un caballo) y llegamos a la zona interesante, la de beber. Antes pasamos por una curiosa atracción en la que nos explicaban el proceso de fabricación desde el punto de vista de una burbuja creo, no estoy muy seguro, el caso es que estábas en una plataforma que de vez en cuando se movia, te soplaban vientos huracanados o te mojaban.
Llegamos a la zona de la cata, al contrario que en Dublín con Turma está vez esperé a beber a que me lo dijera el catador. Maite también la probó, aunque a ella odia la cerveza, eso si, descubrió gracias a la cata que, si en lugar de beber un sorbito corto, le da un trago más largo parece que le da menos asco, esto es porque la espuma (y la llamo espuma solo para que venga Eric Birrae a decirme que la espuma es lo de afeitarse y que eso blanco de la cerveza se llama crema... ¿y si yo me afeito con cerveza como lo llamarias?, ¿eh listo?) está más amarga. El caso es que me acabé bebiendo su cerveza y la mia, estuvimos un rato sentados en una sala verde rodeada de televisores que emitian anuncios de Heineken y pasamos siguiente parte: el parque de atracciones.
¿Me pone una Voll Damm?
La última zona estaba llena de juegos y maquinas para hacer el idiota. Estuvimos probando un juego consistente en servir una caña virtual, también a una especie de "DJ Hero" (donde la propia máquina nos grabó un video lamentable)..., estuvimos en una zona para hacer montajes fotográficos, una dedicada a la champions (donde se podia jugar al FIFA)..., nombro solo las cosas que usamos pero el sitio está lleno de toda clase de juegos y mierdas interactivas. La visita acaba donde tienen que acabar las visitas, en el bar. Fuimos en busca del regalo sorpresa pero para que te lo dieran había que habia que hacer el crucero (que también es gratuito), o sea que tomamos nota de los horarios y nos fuimos a seguir nuestra ruta.

Fuimos a comer a un restaurante cercano, uno con 3 pisos de alto y escaleras de inclinación imposible al más puro estilo amsterdames. El sitio estaba además lleno de objetos retro y fotos de Johan Cruyff... . El siguiente paso fue ir al Rijksmuseum, solo por fuera claro (ya habiamos hecho la visita cultural del día) y aprovechamos para hacernos la ya clásica foto con el cartel de "Iamsterdam", hacernosla y hacérsela a las 500 personas que vienen a pedirte si les puedes hacer una foto, si estais en forma y vais por Amsterdam podeis sacaros unos eurillos robando cámaras allí. Seguimos paseando, vimos el Museo Van Gogh, a su lado el Stedelijk Museum (creu que es el de arte moderno) hasta llegar al Concertgebouw al final del parque.
Lo siguiente fue la visita al Vondelpark, que es como el Parque de la Ciutadella pero de las malas épocas, todo bastante dejado, unos lavabos terroríficos e incluso algún contenedor quemado.
Seguimos por la Roemer Visscherstraat donde vimos una serie de 7 casas consecutivas que se supone que están construidas según los estilos de siete paises, a saber: Inglaterra, Holanda, Rusia, Italia, España (aunque parecia más bien marroquí), Francia y Alemania. Acabamos la ruta en la Leidseplein donde fuimos a coger un tranvia que nos llevará de vuelta a la Heineken para el crucero.

El crucero se hacia en un barco verde, y era bastante más largo de lo que nos pensábamos. El crucero fue bastante entretenido a pesar de la jauria de italianos que teniamos al lado (y lo malo no es que fueran italianos, es que se comportaban como italianos). El crucero finalizó cerca de la Plaza Rembrandt, lo que nos vino muy bien ya que no la habiamos visitado.

La Plaza Rembrandt es una plaza situada cerca del lugar donde vivia el pintor. Lo más destacado de la plaza es la escultura de Rembrandt y las que hay a ras de suelo representando el cuadro "La ronda de noche", lo mejor de estas estatuas es que es el lugar ideal para hacerse toda clase de fotos idiotas.

Para acabar el día decidimos que ya hacia demasiado rato que no pasábamos por la Plaza Dam y para allá que fuimos, después nos metimos a cenar en el mismo sitio donde comimos el primer día. Cuando fuimos a pagar Maite dijo aquello de "quedese con el cambio" (que eran 5 céntimos) a lo que la camarera dijo que no, que las propinas tenian que ser como mínimo del 5%..., o sea que cogimos nuestros 5 céntimos y nos largamos.

Al llegar al hotel, Scott muy amablemente, nos dejó que nos imprimiéramos las tarjetas de embarque para el día siguiente ya que Transavia solo permite imprimirlas con dos dias de antelación como máximo. Nos despedimos de él ya que nos dijo que el día siguiente no estaria (incluso se disculpó por no llevarnos al aeropuerto en coche), y nos fuimos a descansar con la esperanza de que esa noche las vacas no fueran tan madrugadoras.

Puro_Trap. Pensando en verde.


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